Carrera espacial: del Apolo 11 al nuevo “Espacio 4.0”

El entusiasmo por la exploración espacial sigue creciendo, impulsado por los nuevos protagonistas de la economía, las nuevas demandas en las redes de comunicación, y los nuevos países que participan. Y también por una comunidad científica y humanitaria que se expande y que necesita datos sobre el espacio para observar a nuestro planeta.

Nada es nunca realmente nuevo. Pero científicos e ingenieros, políticos y empresarios, sin embargo, hablan de una nueva era espacial, la llamada “Space 4.0”. El nombre tiene algo de mantra y de llamado a la acción, como un eslogan publicitario. Y todo eso indica que la exploración del espacio también se está acelerando.

Agencias gubernamentales como la NASA, en EU, la Agencia Espacial Europea, con 22 países, la JAXA, en Japón, y la rusa Roscosmos han trabajado durante mucho tiempo con compañías comerciales en la tecnología espacial. De hecho, el módulo lunar de Apolo 11, que permitió a Neil Armstrong y Buzz Aldrinalunizar, fue construido por la Grumman Corporation, de Nueva York.

Solo que, en ese entonces, Grumman trabajaba bajo la mirada del gobierno. Y la NASA era propietaria de la tecnología. Pero eso ha cambiado.

En estos días, compañías como SpaceXBlue Origin o Rocket Lab, por nombrar solo algunas, diseñan, construyen y lanzan sus propios cohetes. Algunas son transportistas; otras también proporcionan carga: satélites, suministros, personas.

SpaceX, por ejemplo, está en proceso de lanzar 12.000 satélites propios para una red de banda ancha con base en el espacio, que abarca todo el globo en 24/7. El proyecto, llamado Starlink, es un buen ejemplo de la nueva carrera espacial.

Se dice que los ingenieros que trabajan en ello sienten la presión del CEO Elon Musk, quien, a su vez, sentiría la presión de la firma rival, OneWeb. Esta apunta a construir una red de banda ancha con 600 satélites, mientras que los científicos se quejan de que el cielo nocturno, como lo conocimos una vez, se está muriendo.

Un mercado global

En 2018, el Reino Unido construyó más satélites que cualquier otro país fuera de los Estados Unidos. En Escocia, la academia y los negocios se mezclan, produciendo nuevos actores de peso, como Clyde Space y Alba Orbital. Estos han superado a la ya establecida Surrey Satellite Technology, en el sur de Inglaterra.

Reino Unido puede no saber lo que quiere con respecto al Brexit, pero sí sabe que quiere una participación del 10 por ciento del mercado espacial mundial hasta 2030.

Portugal también tiene sus ambiciones espaciales: quiere construir satélites y lanzarlos desde las Azores.

El panorama se completa si agregamos a esa lista a empresas y agencias en India, China, Israel, Australia: todas ellas compitiendo por acaparar el mercado con sus cohetes y sitios de lanzamiento.

Cabo Cañaveral, Baikonur, Guyana Francesa, ¡cuidado con la retaguardia!

FUENTE: forbes