Cruce de acusaciones, tropiezos y revires en el último debate de Coahuila

El debate, segundo organizado por el Instituto Electoral de Coahuila (IEC), fue realizado en el Museo del Desierto, bajo la conducción de los periodistas Ivonne Melgar y Alejandro Cacho.

SALTILLO, Coah. (apro).- Un incremento en los ataques entre candidatos que, sin embargo, aumentaron también la cantidad de propuestas en distintos tópicos, marcó el tercer y último debate entre aspirantes a la gubernatura.

Alrededor de 60 ataques tuvieron por objetivo al candidato del PRI-PAN-PRD, Manolo Jiménez Salinas, quien en esta ocasión reviró a sus tres adversarios de manera más directa a como lo había hecho en otros intercambios.

El debate, segundo organizado por el Instituto Electoral de Coahuila (IEC), fue realizado en el Museo del Desierto, bajo la conducción de los periodistas Ivonne Melgar y Alejandro Cacho, quienes implementaron un ejercicio dinámico con los tópicos “Seguridad y Gobernanza”, “Desarrollo Social y Salud”, así como una ronda de cuestiones planteadas por ciudadanos que se eligieron a ciegas.

Los aspectos llamativos del ejercicio fueron el cese de agresiones entre el candidato de Morena, Armando Guadiana, y el del PT, Ricardo Mejía Berdeja, que en el primer debate se habían enfrascado en descalificaciones.

En tanto, Evaristo Lenin Pérez Rivera repasó a los tres por sus antecedentes en diferentes cargos públicos y no tuvo réplicas directas.

Además, Manolo Jiménez reaccionó a varios señalamientos que tenían que ver con su desempeño, excepto a las acusaciones de favorecer a amigos con contratos mientras fue presidente municipal de la capital del estado.

Ya desde la salutación, un asalto preliminar con un minuto de duración para cada candidato, las definiciones quedaron marcadas: fue el candidato de Morena, Armando Guadiana, quien impuso un primer momento de hilaridad al cuestionar: “¿se va a hacer o no se va a hacer, sacar al PRI de Coahuila?”.

A su vez, Manolo Jiménez se centró en su oferta política, mientras Mejía Berdeja aprovechó para reiterar el apodo que él mismo se puso, “El Tigre”, y aprovechó para prometer fin a la impunidad, que ha sido su eje discursivo, así como para acusar al primero de ser el rostro de un “cártel inmobiliario”.

El de Unidad Democrática de Coahuila (UDC)-Partido Verde, Lenin Pérez Rivera, de plano se refirió –como haría a lo largo del debate—a los otros tres candidatos como “priistas”.

En la siguiente hora y media, cada uno tuvo tropiezos: Mejía Berdeja lució desencajado cuando la moderadora Ivonne Melgar le preguntó si tenía conocimiento de las presuntas acciones criminales de los mandos policiacos locales y dijo que lo sabe porque se lo dice la gente en cada lugar que visita; Evaristo Lenin traspapeló sus apuntes, siendo los equívocos más notorios en la primera ronda.

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Con ese punto de partida, el primer asunto fue seguridad y gobernanza, un tema en el que cada uno ofreció sus propuestas inaugurando un primer cruce de ataques. En este asalto, Lenin Rivera se mantuvo en la posición crítica a sus tres adversarios, acusando a Guadiana de haber votado por terminar con los fondos de seguridad para municipios; al gobierno priista del problema del narcomenudeo y crecimiento de las adicciones, un asunto en el que recaló también Mejía acusando a los principales mandos policiacos de la entidad de estar detrás de lo que llama “pax narca”.

Manolo Jiménez reviró diciéndole que a cada uno se le debe evaluar por sus hechos, así, presumió que como alcalde de esta ciudad colocó a la policía entre las cinco mejor evaluadas del país, mientras Mejía siendo subsecretario, carga con el saldo de 150 mil muertes.

En réplica, Guadiana atizó: la gobernanza con el PRI se vuelve “govergüenza”, y ofreció elegir a una mujer ciudadana de una terna propuesta por organismos empresariales y universidades.

La ronda ya no fue tan cómoda para Mejía como en los debates precedentes pues, de no recibir respuestas, esta vez su paso por la Secretaría de Seguridad federal, lo puso en aprietos y sólo alcanzó a responder que no era el único responsable de la política de seguridad federal.

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El cruce de ataques siguió en un segundo tema: Turismo. El asunto de los Pueblos Mágicos llegó al debate cargado de acusaciones en las que aparecieron una vez más los señalamientos de corrupción.

Evaristo Lenin acusó que los pueblos mágicos del estado sufren el abandono; Armando Guadiana dijo que eran mágicos porque los gobiernos del PRI desaparecen los recursos; Manolo Jiménez le reviró que él fue uno de los legisladores que votaron por la extinción de recursos para esos municipios, mientras Mejía Berdeja acusó que un jefe policiaco, conocido como “Jaguar”, huachicolea agua en Parras de la Fuente.

Lenin de plano los conminó a ser realistas pues sostuvo que el estado no tiene recursos con la expresión “no hay ni sal pal aguacate”, un dicho con el que, agregó, menos habría para turismo.

De repente, Mejía viró de turismo a transporte público y, además de acusar a Jiménez de haber destruido el sistema municipal de Saltillo cuando fue alcalde, le atribuyó por eso la violencia intrafamiliar. Guadiana planteó una reorganización de transporte mientras que Jiménez enunció un plan de modernización para el transporte en los municipios más poblados.

La ronda acabó sin mayores sobresaltos.

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La siguiente ronda fue de preguntas de ciudadanos que cada cual respondió en el tono definido al inicio. Pero el asunto que detonó la discusión fue salud.

Del lado del PRI-PAN-PRD se señaló la falta de recursos y el fracaso del Insabi, la necesidad de regresar al seguro popular; Guadiana sorprendió diciendo que el Insabi fracasó porque el dinero se lo robaban los gobernadores, mientras que Mejía señaló una serie de problemas relacionados con la secretaría de Salud en el estado, acusó privilegio de proveedores.

Lo mismo ocurrió con política social: Manolo Jiménez propuso ampliar y robustecer los programas de Bienestar que, recordó, son derechos constitucionales y no deben condicionarse; Mejía lo acusó de repartir despensas y señaló que un solo proveedor es contratado por más de mil millones para abastecerlas. Guadiana reiteró la universalidad de los programas de Bienestar.

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Una ronda de semifinal fue de preguntas directas a botepronto. Cada uno dio posiciones sobre su apreciación de Coahuila, las personas que admiran y otros detalles similares.

Finalmente, llegó la ronda final:

Manolo Jiménez dijo que se había preparado 15 años para ser gobernador y que sus resultados lo avalaban; Evaristo Lenin volvió sobre su eje que era calificar a sus tres adversarios de priistas y afirmar que seguiría la lucha contra el autoritarismo; Mejía Berdeja prometió meter a la cárcel a los exgobernadores y a Manolo Jiménez, para lo cual sacó unas esposas que dijo tener listas.

Pero fue Guadiana Tijerina quien en su cierre volvió a causar hilaridad al convocar al voto útil para que se vaya el PRI, convocar a los jóvenes a votar por él y prometerles: “por mi… por mis… por… por mi sombrero que Peso Pluma vendrá si gano”.

Proceso