Ecovía, transporte bananero

Nos la vendieron como la gran obra pública que iba a componer, de una vez por todas, el dolor de panza, cabeza y cola que significa el mal ¿sistema? del transporte pero a menos de 10 años de su inauguración la Ecovía es una monserga.

Que en vez de viajar sobre ruedas, los usuarios casi casi se desplazarían en alfombras mágicas… Eso nos dijeron.

Eso y que la solución de meterle lana privada de la privatización era la varita mágica.

Y claro que los dolores de panza, cabeza y cola nada más los sufren los usuarios, porque lo que son los funcionarios públicos (hasta esos y esas que antes juraban y perjuraban ser de un pueblo bicicletero) ahora andan todos y todas en Suburban y con guardaespaldas.

Se nota que las palabras “capacitación”, “prevención” y “vigilancia” huyeron de los diccionarios que usa el presuntuoso Hernán Manuel Villarreal Rodríguez, secretario de Movilidad y Planeación Urbana del Gobierno del Estado de Nuevo León, es decir, el responsable de camiones y camioneros en Monterrey y su área metropolitana.

Dígame usted si no: Lo esencial, para cualquiera que se pone detrás del volante de un automotor, máxime de una unidad pesada como lo son los camiones del transporte público, siempre, pero siempre siempre es guardar la distancia.

Así que el choque ocurrido a las 16:50 horas, sobre Lincoln y Luis Donaldo Colosio, en la Colonia Privadas de Lincoln sobre la Ecovía, no demuestra más que la falta de pericia y capacitación a un costo de 20 pasajeros lesionados con golpes, y casos de histeria.

¿Cómo ocurrió el percance? Pues ese es el costoso resultado de una distracción de uno de los choferes mal pagados (y peor entrenados).

Eso sí, Hernán Manuel Villarreal Rodríguez se podrá desgañitar como el otro, presumiendo un inexistente sistema de transporte como el de Dinamarca, pero no pasamos de tener un transporte de república bananera.

LO VAN A EXTRAÑAR MUCHO

Ayer trascendió que Marcial Herrera, exsecretario de Seguridad de San Pedro, presentó su renuncia como militante del Partido Acción Nacional, el viernes pasado, cuando acudió al Comité Directivo Estatal del albiazul, al INE y al Instituto Estatal Electoral a formalizar su renuncia como militante panista.

Pagado de si mismo como siempre, Marcial debe de haberse imaginado que le iban a rogar de rodillas y llorando que no abandonara el partido, en cambio, nadie lo peló.