Premio Mundial por el Pluralismo a la Red de Intérpretes de Oaxaca

El Centro Mundial por el Pluralismo, con sede en Canadá, premió a la organización formada por jóvenes de la entidad para asistir a las personas indígenas en sus procesos judiciales, dado que el Estado no cumple con esa garantía.

OAXACA, Oax. (Proceso).- La Red de Intérpretes y Promotores Interculturales (Redin), colectivo formado por jóvenes indígenas de Oaxaca, obtuvo el Premio Mundial por el Pluralismo 2023 por reforzar el acceso a la justicia de los hablantes de lenguas originarias.

El Centro Mundial por el Pluralismo, con sede en Ottawa, Canadá, confirmó que la red fue seleccionada de entre 200 candidaturas de 60 países por apoyar a los pueblos indígenas en el ejercicio de sus derechos judiciales, al prestar servicios de interpretación en lenguas indígenas a oaxaqueños involucrados en procedimientos judiciales en México y Estados Unidos.

Redin es una red indígena que brinda apoyo culturalmente adecuado a los indígenas atrapados en el sistema judicial del Estado mexicano de Oaxaca y de Estados Unidos, quienes de otro modo no tendrían acceso a asistencia jurídica en una lengua que comprendan.

Con más de 177 variantes lingüísticas activas en Oaxaca, los indígenas necesitan contar con apoyo legal en su idioma ante la ausencia del Estado, que sólo simula políticas de atención.

Desde 2019 Redin ha capacitado a más de 120 jóvenes como intérpretes y ha ayudado a más de 800 indígenas en sus procesos judiciales.

En colaboración con instituciones locales de la materia, Redin elaboró un módulo para la capacitación de intérpretes en materia de procuración y administración de justicia. A través de dicha capacitación y apoyo, Redin contribuye a garantizar los derechos de los indígenas en todas las fases del proceso judicial.

Esta red también ofrece capacitación sobre derechos humanos y compromiso cívico, y contribuye a preservar la diversidad cultural de Oaxaca documentando tradiciones orales y defendiendo los derechos de los artesanos.

El Premio Mundial por el Pluralismo reconoce el pluralismo activo; se concede cada dos años a personas, organizaciones, gobiernos y empresas de todo el mundo, celebra la labor inspiradora y valiente que propicia la construcción de sociedades más integradoras en las que se valora y protege la diversidad.

“La creatividad, la valentía y el compromiso mostrados por los finalistas de este año son muy importantes «, afirmó Meredith Preston McGhie, secretaria general del Centro Mundial por el Pluralismo.

“En un momento de creciente polarización en todo el mundo, es fundamental destacar la labor de los líderes del pluralismo para crear sociedades más integradoras y pacíficas en las que se valore la diversidad. Espero que estos ejemplos nos inciten a todos a seguir su ejemplo y movilizarnos”, puntualizó.

Preston McGhie / 
Foto: @MeredithGCP

Mientras que el presidente del jurado, el doctor Marwan Muasher, de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, exministro de Asuntos Exteriores y viceprimer ministro de Jordania, dijo que “los finalistas del premio destacan por su contribución al fomento del pluralismo en algunos de los contextos más difíciles del mundo. Contribuyen al fortalecimiento de sus comunidades mediante la construcción de una base de respeto mutuo, cooperación y objetivos compartidos”.

Los galardonados serán homenajeados en una ceremonia que se celebrará en noviembre en Ottawa (Canadá). Cada ganador recibirá 50 mil dólares canadienses para impulsar su labor en favor del pluralismo.

El Oaxaca “folclórico y profundo”.

Jesús Gerardo Herrera Pérez, director de defensa intercultural de Redin, explica que la población penitenciaria de personas indígenas privadas de la libertad en el estado de Oaxaca oscila entre mil 80 y mil 100 personas, que representan el 30% de toda la población penitenciaria.

Jesús Herrera. Labor trascendente /
Foto: @JesusHerrera

El joven zapoteco de San Pablo Macuiltianguis considera que “Oaxaca se llevó el premio por su riqueza cultural, su diversidad lingüística, con sus necesidades, con sus deficiencias, con su figura folclórica que le vende al mundo, pero también ese Oaxaca oscuro, ese Oaxaca de las sombras que hoy, a través de este premio, visibiliza una acción que hoy lidera para el mundo una manera de hermanarse a través de la lengua”.

Esta red, agrega, “más allá de que sea una barrera que nos divide y nos separa, se está convirtiendo en un puente que une, que enlaza, que vincula y que soluciona, porque también estos jóvenes están ayudando a sus paisanos”, además de que es una manera de regresar a sus pueblos un poco de la riqueza cultural que pueden conocer.

“Más que ser una luz –continúa–, es un momento de encuentro, de reflexión y de conciencia, de abrazar las complejidades de nuestro estado, pero con soluciones y propuestas”.

Hace hincapié en que “Oaxaca no es el Oaxaca de la Guelaguetza; hay un Oaxaca más rico, orgulloso de sus raíces pero que no radica únicamente en esta folclorización en que desafortunadamente hemos caído”.

Eduardo Martínez Gutiérrez, director general y representante legal de la Red de Intérpretes y Promotores Interculturales Asociación Civil, señala que actualmente la organización brinda servicios en Oaxaca, a nivel nacional y en las cortes de Arizona, Nuevo México y California, en Estados Unidos, principalmente en el tema migratorio.

Algunas experiencias como interpretes empíricos los llevaron a considerar la situación por la que atraviesan las personas indígenas sujetas a un proceso judicial y quienes sufren discriminación y racismo por parte de las autoridades judiciales al negarles la presencia de un intérprete con el pretexto de que éstos no existen, no hay un padrón o no tienen recursos para pagarles.

El zapoteco originario de Santiago Matatlán manifiesta que, desde 2019 a la fecha, han formado a cinco generaciones de intérpretes que suman en total 120 jóvenes intérpretes hablantes de 64 variantes lingüísticas.

“En Oaxaca se hablan 177 variantes, lo que implicaría que al menos necesitamos un intérprete por variante; sin embargo, eso no lo tiene ninguna institución, ninguna organización”.

Pese a esas limitantes, “hemos sistematizado este conocimiento a través de un manual, que es el manual del intérprete y promotor intercultural, que lo que hace es formar al intérprete desde cuatro vertientes”: la política, la de derechos humanos, la técnica en interpretación y traducción, y la del sistema de justicia, para que conozcan cómo opera el sistema de justicia en materia oral, justicia penal, pero también el sistema de justicia indígena.

El muro lingüístico / Foto: Prometeo Lucero

Sobre los señalamientos que los relatores de pueblos indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han hecho a México en materia de violaciones a derechos humanos por lo menos desde 2003, ambos coincidieron en que el Estado Mexicano no ha atendido las recomendaciones porque “ha perdido la vergüenza”:

“Es señalado constantemente –indica Martínez Gutiérrez–, pero ya no le importa ser exhibido en el mundo. Es un Estado cínico y ha querido taparle el ojo al macho porque ha simulado a través de diferentes actividades políticas suplir estas deficiencias”.

Por esta razón, en enero de 2023 Redin presentó una demanda de amparo por la omisión de una ley que regule la actividad de los intérpretes y traductores. Sin embargo, ante la pasividad legislativa, esperan que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) la atraiga y sea aprobada.

Resaltaron que en México existe un sistema de justicia totalmente occidental que nunca consideró la diferencia cultural del país, no obstante que se autodefine como una nación plurinacional o pluricultural.

Mencionan, como ejemplo, la falta de intérpretes mujeres para el acompañamiento a las víctimas de violencia de género.

“Lamentablemente hay muchos retos que enfrentar en México en materia de Derechos Humanos, como lo es la falta de una política pública que atienda de manera transversal a todos los sectores de este México profundo desde la vida comunitaria y no desde el escritorio”.

“Ante la ausencia del Estado”, expresaron, “hay presencia de la ciudadanía desde múltiples formas, como lo hace Redin desde su trinchera”.

Proceso