La ley de la atracción

Hace algunos años leí un libro, muy popular en su momento, que tiene por título “El Secreto”, de Rhonda Byrne. La tesis central del texto trata de un fenómeno que se conoce como “La ley de atracción”: lo que pensamos, consciente o inconscientemente, es lo que obtenemos; nuestros pensamientos son enviados al universo y, mediante un proceso cósmico, atraen lo que deseamos a nuestras vidas.

En sociología existe un fenómeno muy similar que se conoce como “Efecto Pigmalión”. Pigmalión, relata la leyenda de la mitología griega, fue un escultor que se enamoró perdidamente de Galatea, una de sus creaciones, al grado que la cuidaba y la atendía cual si viviera. Al ver tal devoción, Afrodita, la diosa del amor le concedió a la escultura inerte el don la vida. Fue tal la intensidad del deseo del escultor, que lo imposible se volvió posible.

Dicho portento, también conocido como “Profecía Autocumplida”, se presenta cuando, por alguna circunstancia, un grupo de individuos tiene la creencia de que ocurrirá un determinado suceso, toma las decisiones preventivas al respecto causando que finalmente el acontecimiento suceda.

En economía existe una teoría, menos cósmica y más pragmática, con efectos muy parecidos a las anteriores que se denomina “Expectativas Racionales” y se da cuando los agentes económicos aprenden del pasado y actúan como consecuencia de su percepción de la realidad y de sus pronósticos, y ellos mismos, con su actuar y sin quererlo, causan que el pronóstico se cumpla.

Por ejemplo, si los comerciantes esperan una mayor inflación para el próximo año subirán sus precios para compensar sus costos futuros, generando ellos mismos que el fenómeno de inflación se verifique. 

En la década de 1960, investigadores llevaron a cabo un estudio que demostraba el poder del efecto Pigmalión en el ámbito educativo. En su experimento, los investigadores informaron falsamente a los maestros que ciertos estudiantes tenían un potencial académico inusualmente alto. Como resultado, estos estudiantes, seleccionados al azar, mostraron mejoras significativas en su rendimiento escolar. Esto se debió a que los maestros, al creer en el potencial de estos alumnos, les proporcionaron más atención, apoyo y estímulo, lo que a su vez aumentó la motivación y el rendimiento de los estudiantes.

El poder de la mente es increible. Toda acción, todo proyecto, todo éxito comienza con una idea, con un pensamiento. Por eso debemos tener mucho cuidado con lo que deseamos poque se puede convertir en realidad.

Es crucial ser conscientes de nuestras propias creencias y actitudes hacia los demás y hacia la economía. Fomentar un entorno de expectativas positivas puede transformar significativamente a nuestra sociedad, con el solo hecho de imaginarlo.