Las elecciones en los municipios de San Nicolás y Santa Catarina fueron tan polémicas y sus resultados tan difusos que, en las próximas horas, el Tribunal Electoral puede anunciar la repetición de los procesos.
Lo más curioso del asunto es que ambas situaciones parecen un empate en términos de irregularidades: se ha acusado tanto al municipio gobernado por el PAN como al municipio gobernado por el partido MC. En Santa Catarina, todo indica que el arquitecto Abel Guerra podría tomar la delantera, demostrando que sus decisiones superan el desorden dejado por las matronas del partido, Viridiana Loreley Hernández Rivera y Minerva Citlalli Hernández Mora.
En San Nicolás, el nicolaíta espurio, el morenista Víctor David Guerrero está luchando con todas sus fuerzas, mientras que extrañamente Roberto Espinoza, en Santa Catarina, apenas ha mostrado resistencia, celebrando en cambio el triunfo del candidato de MC.
En Santa Catarina, mis fuentes indican que Lupita Rodríguez, aliada con el amigo de Escobedo, podría posicionar a Claudia Garza T como la candidata de Morena, mediante una alianza de facto.
Es importante recordar que cuando una elección se anula, es porque el proceso ha sido violado de una u otra forma. En estos casos, el resultado final es irrelevante, pues la falta de transparencia impide determinar un ganador legítimo.
Lo que fue innegable, al menos en Santa Catarina fue la violencia promovida por la autoridad municipal y el desvío de empleados de la Presidencia Municipal para que atendieran las causas naranjas.
Para una próxima ocasión, abordaré el papel de las Comisiones Electorales Municipales, que se venden al mejor postor. En San Nicolás, y en Santa Catarina, con diferentes clientes, les llegaron al precio, me dicen.
Lo que es una obviedad es que en ambos municipios hay suficientes evidencias y motivos para que se anulen las elecciones y se repitan los procesos en noviembre o diciembre.
UNA BUENA Y UNA PÉSIMA
La noticia buena: ahí viene el agua que nos va a caer de perlas tras años de sequía… La mala: prepárese para los cortes de luz, agua y hasta gas, pero sobre todo de luz.
Lo que cuentan los mismos empleados de la CFE está de terror: los artefactos de la paraestatal están más obsoletos que las instalaciones de la siniestrada Chernobyl y si no ha habido una gran desgracia y todo se ha limitado a apagones que se extienden por días y noches es porque a buen santo se encomienda San Bartlett de las Colonias.
Así que, a comprar velas se ha dicho, señoras y señores.